Campeonato de España Absoluto de invierno. 6ª sesión (29/11/15)

Laia Quintilla (Imagen: Ráfagas Deportivas GC)
Última sesión de competición en las instalaciones del Club Natación Santa Olaya de Gijón. La primera prueba era la de los 50 metros mariposa femeninos, en los que teníamos a dos nadadoras. Laia Quintilla Modrego (88-Metropole) era la más rápida de ellas, siendo octava con unos buenos 28,16. Es su segunda mejor marca de siempre, tras los 27,83 del pasado año, que son el vigente RRA (Récord Regional Absoluto). De haberlos repetido hubiera peleado por la medalla de bronce, que estaba en 27,82. María Casas Saavedra (98-Carucagua) continuaba con su buena línea en este campeonato, y con 29,40 era 32ª. Su mejor marca es de 29,23 del pasado nacional invernal absoluto, siendo su segunda marca histórica.
El título nacional lo obtenía la internacional Judit Ignacio Sorribes (94-Sabadell) con 27,10.


 Komar, Brannerud y Togores (Imagen: Ráfagas Deportivas GC)
En los 50 metros mariposa masculinos, aluvión de nadadores canarios, siendo siete en total, seis de equipos isleños. El mejor de todos ellos era un pletórico Juan Gustavo Brannerud García (94-Metropole), que registraba unos excelentes 24,55 que pulverizan sus mejores 24,77 del año 2013. Muy bien por él, rindiendo a su mejor nivel a pesar de ser esta su décima prueba (incluyendo los relevos) en este campeonato. Era 12º. La sorpresa la daba Pavel Komar (98-Los Cristianos), que con sus fantásticos 24.89 (15º), rompía la MMR-17 que desde el año 1992 ostentaba un nadador histórico de nuestra natación: Jorge Ulibarri Martínez (75-Metropole) con 25.05. En aquel año 92 se proclamaba Jordi campeón europeo Junior de los 100 mariposa, en los prolegómenos de su brillante carrera deportiva. La marca de Komar es demás MMP-17, superando sus propios 25,43. Mateo Maciuniak Bartl (93-Metropole) registraba 25,01 (16º), a medio segundo de sus mejores 24,50 del 2012, haciendo su cuarta marca de siempre, igualando la que había hecho hace escasas fechas en Inglaterra. Moritz Berg Eischeid (93-Canoe), que fuera campeón nacional junior de esta prueba, estaba en unos "flojos" 25,32, y ponemos este calificativo porque creemos que vale muchísimo menos. Sebastián Maciuniak Bartl (97-Metropole) nadaba en 25,52, un tanto alejado de sus 24,75 manuales del pasado verano. Domingo Togores Rodríguez (97-ADSC) se estrenaba en un nacional en esta distancia, haciendo 25.54 (31º), mejor marca que los 25,38 manuales del pasado mes de octubre. El joven Adrián Curbelo Tejera (99-Metropole) realizaba 25,76 (38º), calcando sus mejores 25,46 manuales, que suponen la MMR-16. Buena actuación en conjunto la de los nadadores de las islas, en una prueba que ganaba Miguel Ortiz-Cañavate (91-Canoe) con 22,93.

Brannerud en el pasado regional. Imagen de Ráfagas Deportivas GC


Prueba prolífica en récords la de los 200 metros estilos femeninos. En ella estaba nuestra Evelyn Álvarez Pérez (93-Metropole), que nadaba bien en 2.17,86, aunque dado el nivel de la prueba solo podía ser 16ª. Sus parciales eran de 30,45 en mariposa, 36,04 en espalda, 38,74 en la braza y 32,63 en crol. Se trata de su segunda mejor marca, tras los 2.16,44 del pasado año. Enorme esta nadadora, que como dijéremos antes de los chicos, lleva un volumen de pruebas considerable. El título nacional, otro más, era para Mireia Belmonte (90-UCAM) con 2.09,54. Se lograban tres MMN, algo que no es habitual. Así, África Zamorano (98-Sant Andreu) hacía la MMN-17 con 2.11,52, Nadia González de Oliveira (02-Canoe) la MMN-13 con 2.16,23 y Paula Juste (03-Lleida) la MMN-12 con otros impresionantes 2.18,51. Parece que hay futuro en la natación española en esta distancia, en la que dicho sea de paso, en canarias adolecemos de especialistas. Todo se andará.

Imagen Quierofotos
En los 200 metros estilos masculinos, nuestras miras estaban puestas en nuestros cuatro nadadores. Alejandro Calderón Iglesias (98-Escuevas) ponía la guinda a un campeonato brillante, haciendo en su serie unos prometedores 2.04,29 (14º), con parciales de 26,69 en mariposa, 31,68 en espalda, 37,62 en la braza y 28,30 en crol. Con este tiempo batía la MMR-17 que obraba en poder de un fichaje metropolista, Joaquín Abascal, con 2.06,32 desde el año 2003. Su plusmarca personal era de 2.05,18 del pasado nacional absoluto de invierno (Sabadell, diciembre de 2014). Genial Calderón, que se marcha con varias mejores marcas personales y con cinco nuevos récords. A punto estaba de quitarle su nuevo récord Alejandro García Ramírez (98-Metropole) en la serie siguiente. Pasando por 26,76 en mariposa, 31,92 en espalda, 36,76 en braza y 29,48 a crol, totalizaba 2.04,92 (16º), muy por debajo del anterior récord también. No lograba superar sus mejores 2.04,63 del pasado año, vigente MMR-16, aunque hasta el crol iba bastante por delante de los parciales de su tiempo. Bien también por él, dando la talla una vez más, a pesar de todas las vicisitudes que ha sufrido en las últimas semanas. Raúl Santiago Betancor (97-Metropole) se marchaba de Gijón con una mejor marca personal, haciendo 2.09,08 (46), con pases de 28,49, 33,64,37,47 y 29,48. Es una prueba corta para él, pero se defiende bien. Adrián Curbelo Tejera (99-Metropole) tambien rebajaba su marca personal en corta con 2.09,56 (49º), aunque en larga hizo 2.09,98 que valen mucho más. Sus parciales era de 27,22, 34,53, 38,04 y 29,77. La medalla de oro era para Hugo González de Oliveria (99-Canoe) con 1.58,06.

Se despedían las pruebas individuales en la competición con los 800 metros libres femeninos. Ausencia de nuestra mejor fondista, Luisa Mar Morales Gil, que se ha quedado en dos ocasiones a las puertas de superar la viejísima plusmarca regional absoluta de la catalana Eva Montes, de 8.44,22. Luisa Mar hizo una centésima más en 2012, y el año pasado 8.44,64. No ha tomado parte de ninguna prueba individual la ondina del Metropole, pero sí está en Gijón ayudando en las pruebas de relevos a su equipo. Sí estaba nadando esta prueba Verónica Navarro Vega (97-Metropole), que venía acreditada con los brillantes 9.01,98 del pasado año, con los que se convertía en la tercera canaria más rápida  de nuestra historia (quitando los fichajes) tras la citada Luisa Mar y la mítica Natalia Pulido (8.52,64 en 1989). No tenía la misma fortuna que en los 1500 Verónica, donde batía su marca personal. Con un crono de 9.17,89, se marchaba a la 34ª posición final, con parciales muy alejados de su mejor registro. La medalla de oro era para Mireia Belmonte (90-UCAM) con 8.14,81.

Y se llegaba a las pruebas de relevos, en las que una vez más se esmeraban nuestros nadadores. El cansancio acumulado parecía no hacer mella en los canarios, y volvían a dar el todo por el todo, algo que desde luego es de valorar, tras un campeonato con luces y sombras. En los 4x100 metros estilos masculinos, el CN Metropole conseguía una más que meritoria quinta posición final con un tiempo de 3.42,87, un registro que han superado hasta en doce ocasiones antes, si bien este equipo es íntegramente canario. Lanzaba el relevo Sebas Maciuniak con 57,54, le seguía David Ortega en braza con 1.01,44, en mariposa Brannerud con 54,36, mientras que Mateo Maciuniak cerraba con 49,53 en el nado libre. El título nacional era para el Sabadell con 3.29,46, en dura pugna con el Canoe, en el que cerraba el relevo Moritz Berg con su crol en 48,02. En 55,16 nadaba la mariposa Carlos Kompier en su relevo del SEK, que finalizaba séptimo.

En los 4x100 metros estilos femeninos, el Metropole paraba el crono en 4.12,98 para repetir la posición de los hombres, Eran quintas, con tiempos de 1.03,18 Cintia Álvarez en espalda, 1.09,72 en braza Evelyn, 1.01.35 Laia en mariposa y 58,75 Luisa Mar a crol. El triunfo era para el UCAM, tras la descalificación del Sant Andreu, que vencía con claridad. El crono vencedor era de 4.01,02.

Terminaba así un campeonato, en el que récords de edades, medallas y relevos aparte, vemos un cierto retroceso en nuestra natación. Puede ser un espejismo, y ojalá el tiempo nos quite la razón, pero salvo individualidades, no hemos visto brillar  a los nuestros como saben hacerlo. Es probable que el campeonato haya sido muy pronto, en cualquier caso, Gijón no es más que un escollo para la temporada estival, en el que estamos seguros de que nuestra valoración será muy diferente.

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